La capital de la isla fue trasladada consecutivamente de Koulmos al castillo de Santa Maura (desde la primera década del siglo XIV y en 1684, por el veneciano Morozini, al llano de Amaxiki, donde
se encuentra hoy. La ciudad se halla rodeada de canales de agua con mucho encanto: el estrecho y la laguna. Alli se reflejan sus casas multicolor, sus montanas de color verde oscuro y también el cielo. Ya más al norte, la delgada línea circular del arenal de Gyra con escasos árboles y molinos, interrumpe, destacando a la vez, la vista sobre el inmenso mar Jónico.
Su tejido urbanístico sigue el modelo de la Europa Medieval. Su distribución urbanística, elaborada por los venecianos, dicen que recuerda a la «raspa de un pez» y constituye el centro histórico de la capital actual.
El sistema de construcción de Lefkada es único en Grecia y en Europa, muestra representativa de extraordinaria construcción antisísmica. Las casas tradicionales multicolor y las iglesias (basílicas) adornan las estrechas callejuelas, junto a los colores vivos y a los aromas de las flores que cuelgan en jardines y macetas
