La liga griega (Superleague) es la liga de fútbol extranjera con más jugadores españoles, seguida de cerca por la Premier League inglesa. Hasta un total de veinticinco jugadores de nacionalidad española han decidido cambiar de aires y probar suerte en el fútbol helénico.
Todavía recuerdo cuando futbolistas como Ferrer, Butragueño o Julio Salinas emigraron a Inglaterra, México y Japón respectivamente para seguir viviendo y disfrutando del deporte rey; y por aquel entonces sonaba como algo puntual y muy exótico. Pero el fútbol español ha cambiado mucho en los últimos años y ahora España ha dejado de ser un país únicamente importador para convertirse en una emergente nación exportadora de jugadores y entrenadores.
El fútbol español está de moda. Tras la consecución de la Eurocopa 2008 y del Mundial 2010, la selección española ha impuesto un estilo de juego que agrada a la mayoría de los aficionados en todo el mundo. Un estilo de juego que no es puramente estético, sino que también es efectivo, como demuestran los éxitos cosechados por los “Furias Rojas” y por el Barcelona F.C. Esto ha provocado que muchos equipos extranjeros se interesen más por los jugadores españoles e intenten contratarlos; y por otro lado ha abierto las puertas a muchos de los futbolistas españoles que ahora emigran en busca de nuevas metas, de mejoras en sus contratos, de nuevas experiencias, de oportunidades para jugar más.
Hace seis años la selección griega de fútbol realizó la mayor de sus hazañas: ganar la Eurocopa de 2004. Si la pasión por el fútbol en Grecia ya era grande antes de aquel verano, lo que vino después fue una locura: catorce periódicos deportivos, otra decena de revistas, todo tipo de apuestas deportivas, programaciones especiales en televisión y varias radios deportivas. El fútbol es el deporte de masas, y en Grecia forma una parte muy viva de la sociedad.
Aunque es cierto que todavía la liga griega no está a la altura de otros campeonatos europeos (inglés, francés, italiano, alemán) sí que se está trabajando para poder llegar a imponerse al resto de las ligas menos fuertes entre las que se incluye. ¿Cómo? A través de la contratación de futbolistas y de técnicos extranjeros; pero las instalaciones deportivas y la organización en general desde el fútbol base hasta el profesional dejan mucho que desear, y en ese sentido el fútbol griego necesitaría mejorar.