Si te gusta la música en Grecia podrás conocer cosas muy interesantes.
Todas las músicas urbanas huelen a algo: El blues es aroma de tabaco y whisky , el tango es mate y humedad de las calles porteñas. Hay una música en Grecia que huele a vino barato derramado sobre los suelos de madera de las tabernas, al humo de hachis que emanan los narguiles, que se canta al borde del desafinado y que nace de una subcultura, cuasi criminal; en sus inicios despreciada por las clases medias y perseguida por las autoridades; la Rembétika.
En 1922, dos millones de refugiados griegos, provenientes de Esmirna y de otras partes de Asia Menor son expulsados por los turcos; en represalia a la incursión de la armada Griega en el Imperio Otomano. Huyen con lo puesto, abandonando sus negocios, sus hogares, su familia; lo poco que consiguen traer a su exilio es la música. Salieron de una tierra rica y llegaron a un lugar pobre, una madre patria que solo conocían de oídas. Pasaron de pertenecer a la clase media a ser los marginales de un país que no los acoge como ellos esperaban. Se vieron confinados a los suburbios del Pireo, Atenas o Salónica.
Costas Ferris. hace un retrato muy acertado en su pelicula Rembétiko.