1. Adujamos el cabo convenientemente,
evitando en lo posible vueltas retorcidas
y adujas desiguales.
2. Separamos unas pocas adujas con la
mano que va a lanzar, manteniendo el
resto del cabo en la otra mano.
3. Nos preparamos para lanzar el cabo
teniendo cuidado en mantener abierta la
palma de la mano que debe «entregar»
el cabo para que este, una vez lanzado,
pueda salir sin enredos.