Todo el mundo anda siempre preocupado por los mareos a bordo; pero en nuestra ruta por las islas del Jónico es muy dificil que suceda porque siempre navegaremos a sotavento de la costa, en la cara resguardada, donde no hay olas.
El mareo se produce cuando la información procesada por el cerebro sobre nuestra posición es incongruente. En el oído interno tenemos un sistema que detecta nuestros movimientos y referencias espaciales. Funciona como un cardan, gracias a él sabemos cual es la referencia horizontal y si estamos sometidos a alguna aceleración. Estos datos llegan al cerebro que calcula los movimientos que tenemos que hacer para mantenernos correctamente. Pero los ojos tambien mandan información al cerebro sobre nuestra situación. En un barco y si perdemos contacto visual con la costa, ambas informaciones pueden ser discrepantes y sobreviene el mareo. Por eso la posición mejor para prevenirlo es acostado y con los ojos cerrados; o si estas incorporado, mirar, en lo posible, la costa y no bajar al interior del barco.
En nuestra zona de navegación es raro que encontremos oleaje por lo tanto ambas informaciones son parecidas y el mareo poco probable. Ademas, si te das un baño, se pasa en el acto.