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2 mayo, 2013

Pitonisas y oráculos. Delfos

Hace ya muchos años que llegamos a Grecia, desde el oeste, y nos adentramos por el golfo de Patras, que luego es Corinto y luego un canal, para dar con la proa en el Egeo. La primera vez es la mejor, porque descubres cosas nuevas y casi todo fascina; igualito que a los niños. Pero aparte de los buenos y malos momentos, de los vientos en contra o los favorables, de lo que más me acuerdo; y algunos amigos que vinieron a vernos también, es del frio pelón que venía de las montañas, todas blancas. Nada menos que del Parnaso. Yo no sé si fueron las musas desde el monte sagrado, o quizás fue Apolo desde Delfos, o todos al unísono; aullaban y soplaban su aliento corrosivo y paralizante.

Después he realizado la misma travesía en uno y otro sentido en muchas ocasiones y aunque, la iniciática es la primera, siempre alcanzo a sacarle el jugo a tabernas, puertos y personajes, una y otra vez. Ya no me sorprende el canal de Corinto como aquel día…

…Pero sí que he encontrado interesante el ver a los pescadores apostados en la entrada del istmo a los que el mismo práctico tiene que ir ordenando:
-Eh, muchachos, cambiaros de sitio que viene un barco grande.
O al gasolinero que deja a un barco colgado porque ha visto correr su sedal, ante la estupefacción del cliente.
– ¡Ahhhh! Tiene que ser enorme lo que he pillado.
Ya Messolongui es la Messolongui de siempre, sin los mosquitos que picaron a Lord Byron. Pero la última vez descubrí una psarotaberna que era la bomba.
Y Trizonia y Galaxidi…y tantos sitios por los que he pasado muchas veces que siempre desvelan secretos emocionantes. Porque aunque algunos prestigiados periodistas se afanen en demostrar lo contrario, en Grecia ocurren cosas buenas.
Pero os prometo que cuando pase por el Parnaso y me escupa su viento envenenado, me quedaré en silencio para escuchar lo que dice el oráculo; a ver si puedo oír los murmullos de las fuentes y los susurros de las Pitonisas de Delfos. ¿Hay alguna solución Pithia?
Haz click aquí para oir la canción. El falso oraculo
Esta canción, que me ha costado bastante traducir y seguramente tendrá muchos fallos, es un poco enigmática; pero daré algunas pistas para comprenderla:
La pitonisa, la Pithia, del templo de Apolo, en Delfos, era la encargada de transmitir los mensajes que el dios daba a los visitantes. El día del oráculo, la pitonisa se purificaba en las aguas de la cercana fuente Castalia, tomaba asiento sobre un trípode de oro, masticaba hojas de laurel, árbol consagrado a Apolo, aspirando los vapores que emanaba una grieta situada en el suelo, entraba en trance y comenzaba a emitir palabras incongruentes que había que interpretar; eran  transcritos por el sacerdote en mensajes divinos en forma de poemas.

ΦAΛTΣOΣ XPHΣMOΣ

Όλα στραβά πηγαίναν στη ζωή μου
κι απάνω που ‘χα χάσει την αντοχή μου
ανοίξανε οι ουρανοί, κι ανάμεσα στα φλάς
κοντά μου η Πυθία ήρθε τρεκλίζοντας.
Ένα τσιγάρο πρώτα έκανε τράκα
κι ύστερα ανέκραξε: «Φτωχέ μου βλάκα,
μες στα βαθιά νερά τι θες και κολυμπάς;
Oτι φάμε, ότι πιούμε, κι ότι αρπάξει ο κώλος μας.»
Mα πριν προλάβω καν να την ρωτήσω
το γρίφο που έκρυβε ο χρησμός της να λύσω,
του νόμου οι φύλακες μας κύκλωσαν γιαβρούμ
στα χέρια βραχιολάκια της περνούν,
ντρούμ ντρούμ λέει, ντρούμ ντρούμ.
Kι ενώ μες στη στενή με βία την οδηγούνε
γυρνάν σ’ εμένανε και μ’ εξηγούνε,
μέσα σε κούφιο δόντι είχε κρυμμένο
μιά δαχτυλίθρα μαύρο κατεργασμένο.
Στα πρωτοσέλιδα την άλλη μέρα
είδα τα μάτια της ξενυχτισμένα,
«EΠITYXIA» με μεγάλα γράμματα
θα ξέρετε θαρρώ πως πάνε αυτά τα πράγματα.
Mε τα πολλά αναγκάστηκε να ομολογήσει
αντί για δάφνη έπερνε λέει χασίσι,
κι αν ξέφευγε για αιώνες τούτη η κυρία
πάντα νικά στο τέλος η αστυνομία.
EL FALSO ORACULO
Todo iba del revés en mi vida
Y encima había perdido mi resistencia
Se abrió el cielo y entre flashes
Cerca de mi apareció la Pithia tambaleandose
Primero me gorroneó un cigarro
Y después me gritó: “Pobre tonto
¿Quieres nadar en las aguas profundas?”
Lo que comemos, lo que bebemos, lo que agarramos; en nuestro culo.
Pero antes de conseguir preguntarle
La solución al enigma que escondía el oráculo,
Los guardianes de la ley nos rodearon ¡Yiabrum!
Y en sus manos pusieron las esposas
Brum brum, dijo, brum brum
Y mientras la llevaban con violencia al calabozo
Se volvieron a explicarme
Que en un diente hueco tenía escondida
Una china.
En primera plana, al día siguiente
Vi su mirada ojerosa,
“ÉXITO” con letras grandes.
Supongo que sabéis como suceden estas cosas
Con las muchas presiones para confesar
Dijo que había tomado como laurel lo que era  Hashis,
Y aunque se esfumó por los siglos esa mujer
Siempre gana al final la policía.
En velero por Grecia , ,
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