La primera vez que fui a Grecia ya sonó un tilín en mi cerebro. Visité sobre todo Atenas y algunas islas cercanas a la ciudad. Las típicas: Eguina, Poros, Hydra… Pero sobre todo Atenas
– ¿Pero de verdad que te gustó Atenas?
– Pues sí. Algo tiene esa ciudad destartalada, congestionada y casi enemiga de sus habitantes. Pero yo no te lo sé explicar. O lo entiendes o no lo entiendes.
La segunda vez que fui llegué con un barco. Recién estrenados los 90s. Mucho mejor.
Hay muchos países a los que puedes llegar con avión, con tren… Pero ha Grecia hay que llegar por mar. El mar es omnipresente en Grecia, lo tienen hasta en su bandera. Así que este viaje por mar lo considero el primero, el iniciático, el que me introdujo en su mundo, en sus misterios eleusinos.
Este periplo fue objeto de una serie de artículos para la revista Yate, el primero de los cuales se titulaba “El Mediterráneo en Invierno”, porque así fue; llegamos en Navidades y nos fuimos directos al Egeo.
-¿Dónde estaréis?
– En el Egeo.
– ¿No hará mucho frio?
– No creo, iremos por latitudes más bajas que Valencia.
Y si lo hizo; ya lo creo. El viento helado venia siempre de los Balcanes y si no de Centroeuropa, pero siempre congelado. Recuerdo que el 15 de marzo todavía nos cayó una nevada.
Hoy he releído esos artículos; hacía ya muchos años y hasta creí que los había perdido; y me ha hecho gracia su tono inocente; normal, por otro lado, en cualquier viaje iniciático; como el de un niño que descubre un mundo nuevo y reciente. Pero la verdad es que estaban muy bien.
– ¡qué modesta!
– Pues sí. En esta vida en blanco y negro, donde los piropos son escasos, de vez en cuando hay que hacerse autoalabanzas.
Estaban muy bien teniendo en cuenta su carácter analógico: dibujos hechos a plumilla y textos escritos con una Olivetti de AC. He escaneado algunos y la verdad es que su calidad deja mucho que desear, pero bueno, como muestra de lo que hablo…
El caso es que estaba estructurado como un relato de viajes y a la vez como un derrotero (si hubiéramos seguido con él y lo hubiéramos publicado creo que habríamos tenido bastante éxito).
Lo sorprendente es que comparando nuestros dibujos y fotos actuales, me doy cuenta que Grecia no ha cambiado mucho. Esto a algunos les parecerá un atraso; ya se sabe Grecia… Pero a mí me reconforta.
Ver por ejemplo el puerto de Ios en el 93 segun nuestros dibujos y el puerto de ios hoy segun google earth.
Dicen que somos esclavos de los paisajes que nuestros ojos vieron de niños .Yo los míos ya no los encuentro aquí, se los llevaron las grúas y las excavadoras. Y en Grecia, todavía se parecen a las fotografías de mis recuerdos.
El puerto de Ios… Voy a echar un vistazo a google earth. 1º para situarme, y después para constatar que el feeling que el dibujo que aparece me transmite, es más "auténtico" (quizás no sea la palabra más adecuada), que la sensación que la imagen de google earth me transmite. Ya sé que no son del todo comparables y que en la actualidad buscamos la realidad inmediata, pero las 2 imágenes pueden servirnos
para constatar dos realidades.
Gracias de nuevo.