La vista que hay de la ciudad de Corfú, desde el mar, cuando iniciamos nuestro viaje en velero por el Jónico, es escepcional, pero hay un detalle que pocos ven: la cúpula del campanario de color granate. En su interior descansa el féretro con los restos de Spiridon, santo patrón de la Isla.
Dice la tradición que si no visitas al santo no volverás a la isla, asi que cuando todo el mundo se queda hechizado con la visión de Corfú, yo siempre digo lo mismo. A la vuelta hay que ir a ver a San Spiridión, si quereis volver a verla.