Con frecuencia coincido en vuelos, al volver de Grecia, con turistas que han pasado sus vacaciones allí y no puedo evitar oír sus comentarios a cerca de la comida del país, aderezados con expresiones de tipo “Es que como se come en España”. Los turistas hacen juicios de los sitios que visitan; veredictos concluyentes y rotundos que se difunden de amigo en amigo; sin percatarse de que quizás, solo son ignorantes. Está claro que es difícil hacerse una idea precisa de un lugar en el que estamos solo 5 o 10 días, por eso lo mejor es no opinar, para no errar. Un consejo: deja que tu corazón de turista se convierta en un corazón de viajero.
La taberna de María.
Olvidado en no se sabe donde, en un valle entre montañas, hay un pueblo de muy pocos habitantes; uno solo en invierno; es Kolyvata, en Lefkada. Es un sitio donde nadie iría, no por falta de belleza, si no porque la carretera, la importante, la que pasa por pueblos de más de 1 habitante, queda lejos. A los turistas no se les ha perdido nada por allí. Aquí, en este lugar escondido, tiene María una taberna. Una taberna con un pié en el Jónico y otro en el Egeo, donde ella pasa el invierno. No se trata de hacer publicidad, no la necesita, pero tengo que reconocer que es uno de mis sitios favoritos.
María tiene huerta, donde cultiva sus propias hortalizas; tiene vides, hace vino; tiene olivos, hace aceite; y todo esto te lo saca a la mesa después. Si la taberna estuviera en Madrid sería uno de los sitios más caros del mundo.
La carta no es extensa, depende del día; pero sus κεφτεδακια (albondiguitas con carne y hierbabuena, fritas) tiene línea directa con el Olimpo. Cuando las como me acuerdo mucho del comisario Montalbano, personaje de las novelas de Andrea Camilleri; el, como yo, aborrece que le hablen mientras come, sobre todo cuando se zampa sus finísimos salmonetes. Yo mataría si suena el teléfono mientras saboreo unas κεφτεδακια.
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Flores rellenas y pastel de calbacín, |
Y ¡ay de ti! Si ese día, que elegiste, hizo flores de calabacín rellenas o pastel de calabacín con feta. Estarás perdido. Porque nunca más los volvera a hacer y quedaras penando eternamente.
Y para complemento: ella. Las noches de verano, cuando cantan las lechuzas y se van los comensales, Maria se sienta a tu mesa y te cuenta cuentos deliciosos de pájaros y plantas milagrosas que lo curan todo, del bosque Jónico ο de cualquier otra cosa . Alguna vez, toca la guitarra.
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Maria y Maraki |
Μαρια αγαπι μου.
Gracias, Ana, por descubirnos esa maravilla escondida. Sueño con darme un buen homenaje por allí algún verano de éstos…
Καλό σου βράδυ!
Por supuesto, estas invitado cuando quieras. No te decepcionará, te lo aseguro.
Καλληνυχτα. Στο καλλο να πατε.
Se me ha hecho la boca agua leyendo tu artículo.
Gracias por acercarnos estos preciosos rincones de Grecia.
Creo que iré a Lefkada adrede sólo para probar la comida de María.Gracias, Ana, σε ευχαριστώ πολύ.